La vida es una
caja llena de sorpresas. Algunas nos llenan de alegría y emociones.
Si hablo de
alegrías, quiero compartir el nacimiento de mi sobrina. Malena Victoria, un
dulce de leche que alegra mi corazón.
Mis tres
hijos, que con esfuerzo, cumple cada uno y poco a poco sus sueños. Nada es
gratis, reconozco su voluntad y constancia.
Mis
plantas, que con cada brote o flor que me regalan me demuestran lo valioso que
es para ellas que las cuide.
La fotografía que aunque avance a pasos de tortuga, me da satisfacciones.
Las sorpresas
malas que salieron de la caja, me destrozaron.
Primero el
fallecimiento de mi sobrino de veinte años. Y hace catorce días el de mi
padre.
Con él tenía
una relación increíble. Mi papi era una de esas personas que tenía valores.
Padre con
todas las letras, esposo mimado, amigo incondicional, una persona realmente
generosa con los que amaba.
Cuesta
reponerse de tantos golpes. No son físicos pero duelen más que si lo fuesen. Creo
que les debía una explicación a mis seguidores que no son muchos, pero sé que
me tienen afecto.
A través de
mis humildes palabras les doy gracias por leer mis cuentos, relatos y microcuentos.
© 2012 Nélida Magdalena Gonzalez de Tapia.
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