EN SOLEDAD

Usted no lo va a creer, estoy segura de que los libros viven. Lo comprobé una tarde que estaba sola y comencé a leer uno de amor.

Julio, el protagonista estaba desolado como yo. Le propuse ser mi amigo y desde entonces lo somos.

Pasamos horas hablando, él desde las páginas, pues no puede escaparse.

Me cuenta sus pesares, cree que su novia desea abandonarlo.

Me pide ayuda, quiere que lea rápido el final. Simplemente porque quiere saber si Jorgelina lo engaña o si es su imaginación.

Terminé de leer el libro y conozco el final. Jamás se lo contaré a Julio no quiero perder su compañía. Abro el libro a cualquier hora del día y sé que él me va a estar esperando.

Jorgelina, nunca lo engañó. 

Seré egoísta pero si le cuento que con ella va a ser feliz, voy a perder su afecto.

© 2012 Nélida Magdalena Gonzalez de Tapia.
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PERSONAJES

William y Berenice entraron en la casa de Edgar. Sabían que estaba de fiesta con Horacio.

El gato negro se agazapó detrás de los cortinados. El cuervo fijó su mirada en la mujer.

William, conocía la morada como si fuese suya. Buscó el escarabajo de oro y se lo mostró a la joven.

—¡Hermoso! —dijo ella sonriendo.

Buscaron el barril de amontillado y bebieron hasta embriagarse.

Edgar y Horacio regresaron. Los encontraron recostados en la cama.

Horacio se encolerizó.

—No te aflijas, coloqué sobre el lecho, el almohadón de plumas que me prestaste —dijo Edgar riendo.


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LA HUÍDA

Romeo corrió a toda velocidad buscando a Julieta.

Cuando la halló la sacudió hasta despertarla.

—¿Qué pasó? —preguntó la joven asustada.

—¡El escritor va a regresar! No debe terminar de escribir la tragedia —respondió el enamorado tomándola de la mano.

Los dos partieron hacia la felicidad...




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INTENTO DE ESCRITORA

Colocaba palabras que escuchaba, en una cesta de mimbre.

Luego las desparramaba sobre papeles blancos.

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